domingo, 4 de julio de 2010

ROL DE LA INVESTIGACION EN LA FORMACION DOCENTE




Martha López de Castilla Delgado

“…profesores y profesoras son personas, mujeres y hombres, que viven la enseñanza con niveles de compromiso y satisfacción diferentes; que se encuentran en momentos vitales distintos en función de la edad, la formación previa y la experiencia acumulada; inmersos en sociedades cambiantes; hombres y mujeres corrientes a quienes la sociedad está pidiendo desempeñar un trabajo extraordinario; enfrentados a mayores demandas y expectativas sociales respecto a la escuela que llevan, ineludiblemente, a colocar al profesorado en el punto de mira de la crítica social” .

Esta cita resume la condición actual del profesorado y se puede aplicar también a nuestro país. Los cambios que se producen en el mundo inciden en los profesores, tanto en el auto concepto como en la percepción que de ellos tiene la sociedad.

Por ello cabe preguntarse ¿Están los maestros preparados para los retos que plantean los tiempos actuales? ¿Qué posibilidades les brinda el sistema político para desempeñarse profesionalmente de acuerdo a las exigencias actuales? ¿La formación profesional responde a estas necesidades?

No podríamos hablar del rol de la investigación en la formación docente sin referirnos primero al carácter profesional y a la formación de los docentes para ejercer su rol profesional.

1. EL MAESTRO Y LA PROFESION DOCENTE

La docencia es una profesión porque para ejercerla se necesita un título profesional otorgado por instituciones autorizadas para otorgarlo. Desde el punto de vista del ejercicio docente, porque se requiere un nivel de conocimientos más o menos complejos y de habilidades para solucionar situaciones.

El carácter profesional de la docencia se expresa en una complejidad de tareas como:

- Relacionarse con el saber pedagógico acumulado y crear nuevo saber pedagógico
- Diversificar un currículo, seleccionar los contenidos, definir la metodología que va a emplear y las técnicas más adecuadas, así como evaluar los aprendizajes
- Actuar con autonomía al trabajar en el aula y al planificar las acciones educativas
- Saber responder a las necesidades educativas de sus alumnos y a las particularidades de cada uno
- Tratar con alumnos difíciles
- Relacionarse con los padres de familia
- Generar estrategias de aprendizaje propias
- interactuar con los demás docentes
- Evaluar críticamente su propio trabajo y aceptar de buen grado ser evaluado por otros, inclusive por sus alumnos
- Adaptarse a diversos contextos geográficos y sociales en los cuales le toca trabajar.

Debe además ser innovador e investigador.

El maestro que se reconoce como profesional debe comprender el sentido de su trabajo, tanto para sí mismo como para la sociedad.

En torno a la profesionalidad del maestro, cabe recordar las palabras de Paulo Freire: “Una cuestión previa que el maestro debe saber es saberse formador. Desde que alguien está estudiando para ser maestro, debe asumirse como sujeto de la producción del saber. Debe estar convencido definitivamente que enseñar no es transferir conocimiento, sino crear condiciones para su producción y construcción”.

La “enseñanza”, orientada a generar aprendizajes, es la función inherente al maestro como profesional. Esta se produce mediante un proceso de interacción social orientado por el maestro, que puede también intervenir en los procesos de conocimiento que se dan fuera de la escuela. Por esta razón los maestros “...son por definición los protagonistas principales del cambio educativo; sin su compromiso este acontecimiento no es posible. Los maestros están detrás de los principales factores que los dinamizan: son los actores de las prácticas pedagógicas innovadoras; con sus experiencias y reflexiones propician la aparición de nuevas teorías pedagógicas, el descubrimiento de nuevos modelos y métodos pedagógicos y la concepción de nuevas políticas y reformas educativas...” .

Este proceso de interacción social se desarrolla mediante una serie de relaciones:

• Con la realidad económica y social en la cual se desarrolla la tarea educativa, y con la comunidad mundial en general

• Con los fines y objetivos de la Educación, consagrados en la Constitución y expresados en las demás normas en orden de jerarquía

• Con el conocimiento, que viene a ser el contenido principal de la enseñanza

• Con instituciones, como la familia, la comunidad y los organismos oficiales (órganos intermedios, Ministerio de Educación)

• Con la escuela, institución de referencia para el desarrollo de su trabajo

• Con personas: estudiantes, padres de familia, directivos, otros docentes, personal administrativo

Al respecto, Rosa María Torres dice que “...la enseñanza es una tarea compleja y de enorme responsabilidad, mal comprendida y mal valorada por la sociedad; porque enseñar y lograr aprendizajes, en el momento actual y en las condiciones concretas en que trabaja la mayoría de docentes e intenta aprender la mayoría de niños y jóvenes, puede llegar a ser un acto diario de heroísmo” .

Junto a este reconocimiento del carácter profesional de la docencia hay una especie de desprofesionalización, que se expresa por un lado en una visión tecnocrática muy generalizada, según la cual se reduce al docente al rol de operador de un currículo elaborado al detalle por instancias oficiales y que el docente tiene que seguir sin variaciones. Por otro lado, la excesiva especialización, producto del pensamiento moderno y que afecta también a otras disciplinas.

Los mismos maestros no se reconocen muchas veces como profesionales, y actúan de manera similar a la burocracia. Esto se expresa, por ejemplo, cuando se muestran reacios a todo tipo de cambios, tal vez por inseguridad frente a ellos. Tampoco son tratados como tales por las autoridades educativas del Ministerio de Educación y de los órganos intermedios . Por ello es común que en todos los planes de reforma o de mejoramiento educativo se conforme equipos de profesionales en los cuales el maestro, si está presente, lo está en términos minoritarios. El maestro es muchas veces reemplazado en el aula por profesionales de diversas especialidades, como si el saber pedagógico no tuviera un lugar, y como si la acción educativa consistiera únicamente en la transmisión del conocimiento de las diversas disciplinas.

Es importante que el maestro se considere un profesional, porque esto le genera motivaciones internas respecto a su desempeño, como el logro de mejores aprendizajes en sus alumnos, como producto de un trabajo eficiente.


2. LA FORMACION PARA LA PROFESION DOCENTE

Según Ida C. Gorodokin la formación es una acción profunda ejercida sobre el sujeto, orientada a la transformación de todo su ser, que incide sobre el saber hacer, el saber obrar y el saber pensar. Ocupa una posición intermedia entre educación e instrucción. Concierne a la relación del saber con la práctica. Esto significa para Gorodokin “corrección y rectificación de prácticas de pensamiento y acción que obstaculizan la formulación y resolución de problemas de orden superior”.

La misma autora establece una diferencia entre el docente como “peón de la cultura”, que no domina estrategias de conocimiento aunque utilice estrategias adecuadas, y el “agente de la cultura”, que busca hacer preguntas antes que encontrar respuestas. La formación de los docentes debería optar por uno de estos dos tipos de docente.

En la formación de docentes encontramos que hay una relación entre enseñar/aprender que se dan en el mismo sujeto, el cual se constituye a la vez en un aprendiz y un enseñante, como lo dice Paulo Freire “… enseñar y aprender forman parte del mismo proceso de conocer” ; “Quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender ”.

En una facultad de educación o en un ISP se está formando “formadores”, por lo cual es necesario que se combine una sólida formación teórica con una buena práctica. Si no se prepara al futuro docente para dominar estrategias de conocimiento, no hará más que repetir lo que le enseñaron y de la misma forma.

Los nuevos maestros son los que reemplazan a los que se retiran. Por lo tanto deben ser formados de tal manera que permitan una renovación de las prácticas pedagógicas de acuerdo a las nuevas teorías.

Por eso es necesario en la formación del futuro docente tener en cuenta lo que dice la autora mencionada anteriormente; es decir prepararlos para formularse preguntas más que a buscar respuestas, lo cual lleva a una búsqueda permanente. Si el currículo de formación docente está orientado a la reflexión, permitirá a los futuros maestros una formación crítica y reflexiva. Nuevamente en palabras de Ida Gorodokin “La tarea formativa debe apuntar a la formación de capacidades para elaborar e instrumentar estrategias mediante la capacidad crítica y la actitud filosófica; tendiendo puentes de contenido entre la teoría y la práctica, en un proceso de apropiación de una nueva forma de significar. La teoría debe servir para corregir, comprobar, transformar la práctica, en interrelación dialéctica…” .

El educador tiene una concepción política, pedagógica y epistemológica que orienta su actitud hacia el por qué, cómo y qué enseñar. Esto influye en el vínculo que el docente establece con sus alumnos. La concepción de “saber” que tiene el maestro se refleja en la modalidad de enseñanza, en los contenidos que seleccione y en la relación que establezca entre los mismos.

Para realizar cambios en la formación de los docentes es necesario tener en cuenta, en primer lugar, que se trata de un nivel de educación superior y que se está formando a personas adultas. La modalidad escolarizada, con un currículo rígido, horario y hasta uniforme en algunos casos no ayuda a formar personas con autonomía e independencia de pensamiento.

El cambio de la formación docente no es un problema “metodológico”; es un problema de cambio de lógica. Hay que pasar de un modelo de adquisición de conocimientos y técnicas a un modelo de carácter más autoformativo, que permita al futuro docente ser capaz de seguir aprendiendo. La rápida obsolescencia del conocimiento y el cambio en la relación educador-educando son razones suficientes para ello.

Dos cosas que deben ser superadas son la fragmentación del saber y el miedo a la incertidumbre.

Para superar la fragmentación del saber es necesario trabajar con una perspectiva interdisciplinar, que significa romper con todo lo que atente contra la formación del ser humano como una unidad; es decir:

• Entender que hay distintos espacios de aprendizaje: la escuela, pero también todo lo que está fuera de la escuela: el hogar, los medios de comunicación, la calle
• Entender que los tiempos de aprendizaje son permanentes
• Romper, con la división de profesores en equipos por áreas disciplinares, con la rutina en las actividades de aprendizaje, con la evaluación de carácter conductista.

Para superar el miedo a la incertidumbre debemos recordar a Paulo Freire cuando dice “De allí que sea tan importante conocer el conocimiento existente cuanto saber que estamos abiertos y aptos para la producción del conocimiento aún no existente” .

3. LA INVESTIGACION EN LA FORMACION DE LOS DOCENTES

La calidad de maestro no debería estar centrada en el enseñar, sino en el aprender constantemente. No se trata solamente de difundir el conocimiento, sino de apropiarse de él. Si la formación de los maestros se centra en esta idea, tiene que estar orientada necesariamente a la investigación. Si el maestro aprende investigando, llevará también a sus alumnos a aprender investigando.

El maestro que investiga puede tener sentimientos de autoconfianza al darse cuenta cómo va aumentando su saber pedagógico con cada experiencia de investigación. Esto eleva su autoestima profesional y le genera mayor respeto de parte de los estudiantes, los padres de familia y los otros docentes.

Los maestros tienen un saber antropológico, psicológico, filosófico, sociológico de las ciencias humanas y de teoría educativa. También tienen un conocimiento acerca de los contenidos de las materias que enseñan. De la relación de estos dos saberes aplicados a la práctica, surge el conocimiento metodológico, la forma cómo enseñar. La investigación puede llevar a estos tres tipos de saberes. La práctica de la investigación en la institución formadora de docentes se constituye en la mejor manera de formar investigadores.
En el currículo básico de Formación Docente el perfil del maestro se basa en cuatro saberes: saber ser persona, saber convivir, saber pensar y saber actuar. Estos saberes fundamentales están cruzados con tres funciones básicas: mediador del aprendizaje, investigador y promotor de la comunidad. La función de investigador tiene que ver con la necesidad de descubrir y mantenerse al día en un mundo que cambia constantemente; como tal, el maestro debe mantener despierta la curiosidad de los educandos por todo lo que acontece a su alrededor y en ambientes cada vez más alejados en el espacio y en el tiempo, por desentrañar el misterio de las cosas y de los fenómenos, por buscar explicaciones a los hechos y soluciones a los problemas.
Las funciones del maestro investigador en el diseño curricular en relación a cada uno de los saberes que forman parte del perfil del maestro en el currículo oficial las vemos en el cuadro siguiente:
SABERES FUNCION DE INVESTIGADOR
Saber ser Asume los cambios crítica y creativamente
Desarrolla interés y curiosidad por comprender y profundizar diferentes aspectos de la realidad
Cultiva la apertura a lo nuevo y a lo distinto
Asume responsablemente el riesgo de sus opiniones
Saber convivir Respeta el pensamiento divergente y valora la interculturalidad
Analiza e interpreta, en equipo multidisciplinario, la realidad compleja, para plantear alternativas de solución
Coordina con especialistas afines y promueve le intercambio de saberes
Adquiere instrumentos para comunicarse adecuadamente con una sociedad global compleja a través de una lengua extranjera y de la informática
Saber pensar Maneja conceptos y teorías actualizados sobre Filosofía, Epistemología, Estadística, Comunicación e Investigación Educativa
Recoge los aportes del saber tradicional
Maneja instrumentos que le permitan ampliar horizontes
Saber hacer Maneja técnicas e instrumentos que le permitan obtener información de todo tipo de fuentes (la realidad, bibliotecas y archivos, trabajo de campo y laboratorio, consulta a expertos, medios de comunicación e informatizados), procesarla, analizarla, sistematizarla e interpretarla.
Realiza proyectos de investigación-acción sobre la problemática educativa local y de sus alumnos, con el propósito de producir y difundir innovaciones productivas y pertinentes
Sistematiza su práctica y la socializa.

En cuanto al SABER HACER INVESTIGACION, que es de los cuatro saberes aquel en el que se concreta el investigar, consideramos que hay dos tipos de investigación más ligados a la vida escolar: la etnografía y la investigación acción.
La etnografía educativa presta una especial atención en descubrir lo que acontece en la vida de cada día; recoge datos significativos de forma predominantemente descriptiva de lo que sucede; los interpreta y puede así comprender e intervenir más adecuadamente en lo que ocurre en las aulas. Se trata de estudiar lo que allí ocurre, las distintas interacciones, actividades, valores, ideologías y expectativas de todos los participantes. Los estudios de etnografía educativa pretenden mejorar las prácticas, con el fin de propiciar la innovación de todos los elementos que intervienen en el proceso educativo.
La investigación acción pedagógica es la aplicación de la práctica a la investigación. Los maestros generalmente inician su práctica basados en la formación teórica. Es a partir de ese momento que deben solucionar todos los problemas que se les presentan. Aquí juega un rol muy importante la investigación acción. Esta consiste en que los maestros reflexionan sobre la forma en que están desarrollando su práctica, la contextualizan, la relacionan con la teoría. A partir de ahí pueden diseñar una práctica alternativa basada en las condiciones reales de trabajo y apoyada en la teoría pedagógica. Esto significa leer, revisar la teoría, hacerla dialogar con la realidad para generar una nueva práctica, que debe ser validada para reiniciar el proceso.

La investigación acción trata de superar la distancia entre la investigación que realizan los teóricos y la que realizan los maestros. Establece una relación entre investigadores e investigados. Se relaciona con el desarrollo profesional de los docentes pues supone que este no depende de que los docentes apliquen a su práctica la teoría producida por otros, sino en “incrementar su capacidad para desarrollar su propio conocimiento y sentido común profesionales, a través del estudio sistemático de sus propios métodos de enseñanza y de su propia práctica” .


BIBLIOGRAFIA



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