domingo, 10 de abril de 2011

¿EL PERFIL DE LA EDUCACIÓN?

La educación juega un papel en una doble dimensión. Como capacitadora ella transfiere habilidades y destrezas a los integrantes de un determinado grupo social, con la finalidad de incorporarlos al aparato productivo. Su eficiencia estaría en función de la capacidad de reducir la dependencia del individuo para subsistir por sí mismo. Una segunda dimensión, como agencia socializadora transmite los valores y comportamientos aceptados por el colectivo de generación en generación. En la medida en que los conflictos entre los individuos y las conductas expresadas en los códigos morales y éticos estén minimizadas, la educación se percibe acorde con la sociedad donde se inscribe.



En ambos casos la educación es esencialmente conservadora al perpetuar el sistema, y al anteponer el conocimiento, los valores, los principios rectores, ideales, códigos al hombre y a su propia realidad. De esta manera el ser humano viene asumiendo, desde el comienzo de su historia, la existencia de una sola manera de interpretar el mundo real, el conocimiento antes que la realidad. Aún cuando en diferentes momentos, han existido personas con caminos interpretativos que son complementarios para la evolución del conocimiento, estos enfoques han representado amenazas y transgresiones insalvables para quienes se consideran los responsables de la conducción de la humanidad. De hecho el resultado está en censuras y mediatizaciones del proceso de conocer. La educación es el proceso social encargado de sostener ideológicamente la epistémia institucionalmente aceptada.



Entre metodólogos y epistemólogos existen diferentes posiciones cuando se pretende orientar la investigación, bajo la guía conceptual de la postura filosófica tradicional, como el único punto de vista posible para abordar la realidad. Se pretende educar bajo una única estructura del pensamiento, válida universalmente y para todos los tiempos. De está manera, la educación se convierte en un instrumento de perpetuador de estructuras de pensamiento dependientes. Se buscan y difunden “verdades”, leyes, conceptos, utilizados de manera dogmática, para atar el pensamiento creativo a un determinado enfoque, doctrina, teoría o filosofía envueltas en un halo de cientificidad.



Es el momento para que la educación asuma el objetivo de fomentar y estimular la emoción del descubrimiento, promoviendo en el estudiante la búsqueda puntos de vistas pertinentes y creativos ante los permanentes retos que le plantea su entorno. La investigación como actividad inherente a la producción de conocimiento es un componente fundamental del proceso educativo, convirtiéndose en el vehículo y fuente de energía de epistémia centrada en la realidad.

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