domingo, 10 de abril de 2011

LA LABOR DEL MAESTRO PASTOR

De todas las profesiones, la del magisterio es la que más puede influenciar en la formación de una vida.

Uno de los grandes problemas de la época que vivimos es la frialdad profesional con la que un profesor pudiera atender al alumnado.

Se ha dicho que existe una diferencia entre un maestro y un profesor, se dice que el profesor está interesado en dar su clase, en cambio el maestro en que los alumnos aprendan.

La labor del pastor va más allá de la del maestro y profesor, el buen pastor "su vida da por el rebaño", la alimenta, la cuida, gobierna correctamente y en vez de ser motivado por un salario, su galardón lo recibe del "Príncipe de los pastores".

Existen distintos perfiles de maestros, pero a continuación consideraremos lo que es un "maestro a la manera de Dios".

El maestro cristiano en el aula puede ser un verdadero pastor, si tiene la visión y el sentir de Cristo por sus alumnos.

Le es encomendado un grupo de corderitos a su cuidado y Dios espera que pueda atender las necesidades de cada uno.

El Apóstol Pedro nos enseña en su primera epístola el cómo poder atender correctamente a las vidas que Dios a nuestro cuidado, por lo que a continuación analizaremos lo que el texto de: 1ª. Pedro 5:2-4, tiene para la vida de un maestro - con corazón pastor.

"Apacentad el rebaño de Dios que está a vuestro cargo, cuidándolo no por la fuerza, sino de buena voluntad según Dios; no por ganancias deshonestas, sino de corazón; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cargo, sino como ejemplos para el rebaño. Y al aparecer el Príncipe de los pastores, recibiréis la inmarchitable corona de gloria."

I. APACENTAR: Lo primero que le es encomendado al pastor - maestro es la labor de alimentar el alma y corazón de sus alumnos, la palabra griega Poimaino, significa alimentar, suplir lo necesario y también gobernar.

Uno de los grandes problemas que afecta al nuestro sistema educativo, es la falta de maestros con carga por darles el alimento que los alumnos necesitan, en el libro del profeta Ezequiel encontramos el siguiente reclamo: "Oh hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza y di a los pastores que así ha dicho el Señor Jehovah: '­Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar a las ovejas?" ( Ezequiel 34:2).

Esta escritura nos presenta al maestro - pastor egoísta; no tiene mayor interés en sus alumnos, lo mismo le da si el alimento que sacia el alma y corazón de sus alumnos es impartido o no, él busca su propio beneficio, no conduce a sus alumnos a comer de los buenos pastos preparados en la Palabra de Dios.

Recordemos las palabras de nuestro Señor a Pedro, "Jesús dijo a Simón Pedro: --Simón hijo de Jonás, ¿me amas tú más que éstos? Le dijo: --Sí, Señor; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: --Apacienta mis corderos", la frase fue repetida en tres ocasiones, con lo cual nuestro Señor le mostró que la forma de mostrar el amor por Él, era apacentando las ovejas. El Señor continúa hablando, ahora no a Pedro, sino al maestro que se encuentra pastoreando un aula de clases, diciéndole: ¿……. me amas?, no solamente les impartas una clase, ellos tienen necesidad de: "mi Palabra", no importa cuál sea la asignatura que estés enseñando, tú puedes enfocarla a la luz de La Palabra.

Esta bendita Palabra es el alimento que Dios tiene preparado para nuestras vidas. Vivimos en medio de una sociedad que ha perdido sus valores, nuestros programas educativos están retomando los valores cívicos y morales, pero han dejado fuera los espirituales. La lectura y enseñanza Bíblica es lo que debe caracterizar a las escuelas cristianas.

Recordemos que la Palabra tiene el poder para actuar en el corazón más rebelde, tal como está escrito: "Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón." (Hebreos 4:12).

Recuerdo que en una reunión en la que se discutía delante de nuestros representantes de la Honorable Asamblea Legislativa, una Abogada dijo: "pero la simple lectura de la Biblia no va a cambiar a una persona", a lo cual todos los hijos de Dios en nuestro interior dijimos: "esta señora puede conocer de leyes, pero no conoce el poder de La Palabra de Dios". Si la simple lectura es capaz de obrar en una vida, ! cúanto más no lo será el enseñarla!, tal como dijo el Salmista: "La exposición de tu palabra alumbra; hace entender a los ingenuos."

Recuerdo que hace algunos años mis hijas insistieron en que tuviéramos una ovejita en casa, la llevamos y pronto acabó con el jardín, sin embargo me vi en el problema de no saber cómo alimentarla y haciendo una historia larga corta… murió de hambre. Nos dolió mucho la muerte de aquella mascota, sin embargo me pregunto cuántas ovejitas, alumnos de nuestras escuelas están pereciendo por falta de alimento espiritual.

Si el maestro paga el precio por una preparación académica a fin de impartir los conocimientos de la forma más eficiente, estoy convencido que dentro del curriculum de estudios se debería de incluir la preparación Bíblica, tal como Pablo expresó: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad" (2ª. Timoteo 2:15). Recordemos que cuando el Señor Jesús le manifestó a Pedro "alimenta mis ovejas". Pedro había pagado el siguiente precio: Como judío era hijo del mandamiento, es decir que a la edad de los doce años tuvo que recitar el Pentateuco de memoria para ser miembro de la sinagoga, los sábados seguramente se reunía para participar de la lectura de la ley, había asistido a unas conferencias de avivamiento impartidas por un predicador llamado Juan el Bautista, y asistió como alumno de tiempo completo al mejor seminario de preparación ministerial durante tres años a los pies del Señor Jesús.

Amado hermano maestro - pastor, ¿ha pagado el precio por el ser preparado para impartir La Palabra de Dios, aún en forma breve en el aula de clases?, si no lo ha hecho, tome ahora la decisión y aunque no sea un estudio demasiado exhaustivo, si sea lo suficiente como para que trace bien "La Palabra de Verdad"

II. CUIDAR: La palabra utilizada por el Apóstol Pedro para cuidar fue: Episkopeo que quiere decir: Inspeccionar, supervisar cuidadosamente.

Muchas veces el maestro no está pendiente del alumno, su carácter, conducta, vida espiritual etc. Y simple y sencillamente se dedica a sus propios intereses, es por esto que necesitamos tener un corazón de pastor, para poder velar como quienes daremos cuenta por el alma de nuestros alumnos, el escritor de la Epístola a los Hebreos expreso:

" Porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta"

El maestro que vela por sus alumnos sabrá enviar al mismo a la atención más especializada que el mismo pudiera necesitar, tal como: Consejería Pastoral, personal o familiar, atención psicológica, educación especial, atención médica, etc.

Una de las cosas que implican el tener cuidado de los alumnos es la disciplina, indudablemente que cuando se transgreden las reglas contenidas en el manual disciplinario, necesitamos aplicar sanciones y todo ello es parte del cuido de amor que es ejercido por el maestro - pastor. El Apóstol Pedro nos muestra que la forma correcta de hacerlo es primeramente que no sea por medio de una aplicación incorrecta abusando de la autoridad que no ha sido delegada, "No por fuerza", Los castigos desmedidos, injustos, humillantes, gritos etc. lo que tenderán es a agravar la rebelión del alumno y a producir lo que el escritor de la espístola a los Hebreos nos dice: "Mirad bien que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que ninguna raíz de amargura brote y cause estorbo, y que por ella muchos sean contaminados" (Hebreos 12:15). La raíz de amargura o resentimiento es causada por una disciplina mal aplicada y la contaminación rápidamente afecta a los padres de familia y se extiende muy rápido trasmitiéndose de boca en boca. Cuando se ha llegado a ese extremo la única forma de solucionar el problema es humillándose y pidiendo perdón. Pero nuestro objetivo debe ser el aplicar correctamente la disciplina en el aula, los castigos deben ser acordes a la falta y reincidencia, bien investigados a fin de cometer una injusticia, y aplicados y forma ética, a fin de que la disciplina cumpla el propósito para el cual ha sido establecida.

B. No por ganancia deshonesta: Lo segundo que establece Pablo, es el cuidado de poner nuestros ojos en "la lana de las ovejas (alumnos)", sino más bien "en la oveja misma (el alumno)" Cuando en nuestras escuelas tenemos alumnos de distintos estratos económicos y como en el caso de la nuestra cuotas diferenciadas, necesitamos suplicar la Gracia de no hacer acepción de personas y tratarles a todos por igual.

Los mismos derechos tiene un alumno becado que otro que tiene bastantes recursos, tal como el Apóstol Santiago escribió: " Hermanos míos, tened la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo, sin hacer distinción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa lujosa, y también entra un pobre con vestido sucio, y sólo atendéis con respeto al que lleva ropa lujosa y le decís: "Siéntate tú aquí en buen lugar"; y al pobre le decís: "Quédate allí de pie" o "Siéntate aquí a mis pies", ¿no hacéis distinción entre vosotros, y no venís a ser jueces con malos criterios? (Santiago 2:1-4)

Cuando se pierde la visión educativa, las Escuelas y Colegios se convierten en un negocio y el lucro es lo que más interesa, el profeta Miqueas expresó lo siguiente: "Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan sólo por paga y sus profetas predicen por dinero, y se apoyan en Jehovah diciendo: "¿Acaso no está Jehovah entre nosotros? ­No vendrá el mal sobre nosotros!" (Miqueas 3:11)

Necesitamos suplicar a nuestro Dios ser librados del "Mercantilismo de la Educación", y que nuestro Dios nos conceda carga por las 2ovejas y no por su lana."

De corazón: El Dios que prueba las intensiones del corazón, está observando la Educación Cristiana, y espera que tal como el Salmista escribió: "Los apacentó con íntegro corazón; los pastoreó con la pericia de sus manos" (Salmos 78:72), así no solamente sea manifiesta la pericia del Maestro en impartir sus asignaturas, sino también la integridad y rectitud de su corazón. Uno de los mayores problemas nuestros es lo expresado por el profeta Jeremías: "Engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y sin remedio. ¿Quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9), lo más tremendo es que podríamos llegar a auto engañarnos creyendo que nuestro corazón es recto y siendo justos en nuestra propia opinión y que nuestras intensiones en cuanto a nuestros alumnos son las más puras y encontrarnos llenos de deseos egoístas engañosos. Creo que la manera de Dios para producir un corazón íntegro en la vida del maestro es que día a día pueda presentarse delante de su Dios suplicando como David: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame por el camino eterno." (Salmos 139:23-24), esta actitud permitirá que Dios nos muestro nuestros deseos egoístas para traerlos a la Cruz, y suplicaremos el ser guiados en la pureza y santidad del Camino Eterno que encontramos en la persona de Cristo Jesús nuestro Señor.

El cariño del Pastor: No existe cosa peor, que los alumnos tengan la idea de un maestro - pastor severo, inflexible, legalista etc. Muchas vidas por no haberse encontrado con La Gracia de nuestro Señor Jesucristo, que alguien definió con la siguiente frase "Si quiero, porque te amo", se encuentran viviendo con los rostros ceñidos, en su expresión se refleja un "No… hagas…". Este tipo de vidas necesitan conocer la Gracia derramada en Cristo Jesús, la ternura y compasión de Cristo por su pueblo. Isaías profetizó: "Como un pastor, apacentará su rebaño; con su brazo lo reunirá. A los corderitos llevará en su seno, y conducirá con cuidado a las que todavía están criando (Isaías 40:11), La ternura del pastor permite que las ovejas (alumnos) confíen en él. Muchos de los alumnos no han recibido cariño en sus hogares y Dios quiere impartirles de su afecto por medio de sus pastores - maestros.

III. GOBERNAR: Se dice que existe una diferencia entre las cabras y las ovejas, las cabras no obedecen a la voz de su pastor como las ovejas, la pregunta es ¿que tipo de rebaño es nuestra aula?, en el libro del Cantar de los Cantares, el amado representando a Cristo le dice a la Iglesia: " Si no lo sabes, oh la más hermosa de las mujeres, sigue las huellas del rebaño y apacienta tus cabritas cerca de las cabañas de los pastores."

La escritura acá nos presenta a un rebaño de cabritas, me pregunto ¿cuantas aulas no parecen un rebaño de cabritas?, pero preguntémonos porque ¿cómo se volvieron indómitas como las cabras?, creo que la respuesta es: "La indulgencia". Se pueden tener todas las reglas, manuales disciplinarios, pero mientras no se considere el carácter indulgente, falto de firmeza como aquello que necesita ser crucificado, seremos excesivamente tolerantes. El maestro indulgente, permite que la clase se desordene y cuando la misma está fuera de control, se exaspera, grita y ofende a los alumnos. El pastor necesita el carácter balanceado de Cristo, es decir su bondad, ternura, mansedumbre, gentileza y su firmeza, justicia y severidad. El consejo que le es dado a la amada indulgente es: " sigue las huellas del rebaño y apacienta tus cabritas cerca de las cabañas de los pastores", es decir aprende de otros, que cual un pastor tienen un aula compuesta de alumnos responsables y obedientes. Es importante que desde el primer día de clases lo alumnos puedan ver reflejada la autoridad de un pastor que les ama, pero que es firme en sus instrucciones y sanciones, que si tratan de salirse del redil, está presto con la "vara y el callado" para corregirles.

Como ejemplo de la Grey: Se ha dicho que el líder que no predica con el ejemplo no tiene la autoridad moral para demandar obediencia de sus subordinados, el apóstol Pablo le expresó a Timoteo la necesidad de una vida y conducta ejemplar: "Nadie tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo para los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en fe y en pureza." (1ª. Timoteo 4:12). La palabra líder es un anglicismo que proviene del verbo "to lead: guiar". El maestro no puede demandar puntualidad, si el no es puntual, no puede demandar obediencia, si no acata con toda sumisión la instrucciones de sus directores, no puede demandar un trabajo excelente si él mismo no paga el precio preparando excelentemente sus clases, no puede demandar orden, si el mismo es desordenado etc. El Señor es nuestro líder y cabeza de la Iglesia y en su caminar nos dejó un ejemplo a imitar, tal como Pedro escribió: "Pues para esto fuisteis llamados, porque también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas." (1 Pedro 2:21). La manera de ser maestros y pastores ejemplares, será siguiendo las pisadas de Cristo, manifestadas en su Santa Palabra. Pero el problema es si es maestro no conoce las pisadas de Cristo narradas en su Palabra, o bien si no hay una vida consagrada para andar en pos de El. Para el ser humano es imposible este andar, es por esta razón que la Biblia nos muestra el secreto del mismo en la Epístola a los Hebreos: "…haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. " (Hebreos 13:21), el secreto de esta vida es que Cristo la viva en nosotros y así nos conceda ser los maestros - pastores ejemplares en el aula de clases.

LA RECOMPENSA: Existen distintos tipos de motivaciones que llevarán a maestro - pastor a Apacentar, Cuidar y Gobernar a la manera de Dios un aula de clases, pero el mayor galardón que podamos recibir es el descrito por el Apóstol Pedro: "Y al aparecer el Príncipe de los pastores, recibiréis la inmarchitable corona de gloria." (1ª. Pedro 5:4), Todos los galardones que en esta tierra pueda alcanzar un pastor, no son comparables al que Cristo tiene preparado, para los buenos pastores. Estimado hermano y consiervo maestro, suplique a nuestro Señor ser un maestro - pastor a la manera de El y seguramente que mientras vivimos en este cuerpo y aún más en aquel día será recompensada su labor.

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